Mueren millones de pollitos machos cada día en estos centro de los criadores. Su vida comienza y termina el mismo día. Son agarrados de sus frágiles alas por los trabajadores conocidos como “sexistas”, quienes separan los machos de las hembras, estos animales bebés son cruelmente lanzados en un tubo que les dirige a su cruel destino.
Estos pollos mueren porque si se les cría no crecerán ni mucho mi rápido, como para que su carne sea vendida rentablemente.
Sus vidas se ven interrumpidas cuando caen dentro de una máquina de moler, donde serán despedazados por un triturador de alta presión.
Se dice que este método es el más usado en la industria.
Más de 21 millones de pollitos machos son asesinados de esta forma cada año en esa instalación.
Para las hembras sobrevivientes, este es el comienzo de una vida de crueldad y reclusión en manos de la industria del huevo. Antes de salir de sus incubadoras, las hembras pasaron por una máquina que les toma por la cabeza, las mete en una máquina rotatoria y con un rayo láser les cortan la parte sensible de sus picos, sin importar que les causan dolores crónicos. Estos pollos serán tratados como objetos y no como animales durante toda su vida.
Nuestro deber es informar de la realidad juzguen ustedes.
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